El aire nos azota
y se convierte en viento.
Recorre mi momento,
azarosa marcha que brota.
No quiero pensar
y no quiero sentir.
No quiero estar,
¡déjame ya ir!
Una piedra, otra,
cada vez más angosto.
Izquierda, derecha, descontrolada,
muchos pero sin rostro.
Sí tengo miedo,
sí estoy en llanto.
No lo sé, necio.
Tápame con tu manto.
Llega nuestra invitada,
el fin se acerca.
Imposible ver que llega…
remanso de agua muerta.
Tal vez esperanza,
tal vez soledad.
No sé si con piedad,
desgarro de enseñanza.
Vuelve a ser brisa,
reciclo hasta el tiempo.
Ahora parece más a prisa…
pero con paso más lento.
No sale de mi mente
el dudar de todo.
De querer, de algún modo,
saltarme el presente.
—
Poesía de Julián Fernández Ortiz (@Jotadoce_).
Pintura, Río Sena pintado por Monet.